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ENERO ARQUITECTURA // Francisco Ortega // Jorge Sánchez

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En sus más de 12 años de historia, ENERO se ha especilizado n el ámbito de la arquitectura hospitalaria, convirtiéndoseen socio estable y recurrente de los principales grupos sanitarios españoles (Quirón Salud, Ruber...).Además, también realiza arquitectura hotelera y algunos proyectos en rehabilitación patrimonial, situando alusuario en el centro de todo lo que hace, dando lugar a centros confortables, agradables y altamente funcionales.El estudio nace en 2006 con una misión clara: desarrollar proyectos conforme a los más altos estándares de excelencia,brindando un servicio integral orientado a establecer relaciones de largo plazo con sus clientes. Con eseespíritu, apoyados en un equipo joven y multidisciplinar. ENERO combina experiencia e innovación en todos susproyectos entre los que destacan el Hospital Fundación Jiménez Díaz y el Hospital de Collado Villalba en Madrid,el Hospital Universitario Sagrat Cor y el Hospital General de Cataluña en Barcelona o el Hospital Quirón Salud de Córdoba. En la actualidad trabajan en el nuevo Hospital Quirón de Alcalá de Henares y acaba de concluir elprimer Centro de Protonterapia de España en Madrid.

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"En nuestros proyectos hospitalarios intentamos generar una vinculación con el entorno que ayude a la recuperación"

Desde la fundación de su oficina han ido dirigiendo su actividad hacia la especialización. ¿Ha sido un camino buscado o circunstancial?

Nuestra arquitectura se centra en aspectos concretos y especializados porque creemos que desde ahí le podemos dar el mayor valor a la arquitectura y aparte, dar una respuesta más social que como se venía haciendo.

En el caso de la arquitectura hospitalaria, nos parece interesante porque es altamente compleja e influye directamente en los seres humanos que utilizan estas instalaciones.

Con respecto a los espacios hoteleros, hay tantos tipos distintos de viajero que nos parece enriquecedor el proceso de ir acomodándolos, creando un sistema propio para lograr su bienestar.

El tercer pilar de Enero Arquitectura es el más personal: la rehabilitación patrimonial. España es uno de los países que más patrimonio abandonado tiene, y es una pena que todo esté desapareciendo, principalmente por el hecho de que no se le da el valor que éste tiene. Nosotros queremos darle valor, interpretando el lenguaje del edificio original. Tenemos un reto muy importante: dar vida a estos edificios para los próximos años, sin solapar la importancia de su historia.

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La arquitectura residencial concentra la actividad de gran parte de las oficinas de nuestro país. Sin embargo, su estudio apenas ha desarrollado proyectos en esta área, ¿por qué?

Hemos tenido oportunidades de hacer otro tipo de arquitectura, como es el caso de la residencial, pero no nos resulta tan interesante como la arquitectura hospitalaria, hotelera o la propia rehabilitación patrimonial, ya que encontramos que todo está más estandarizado. Por contra, en los tres ámbitos en los que nos movemos todo lo que hagas e intervengas va a ser mucho más escuchado y una reacción directa en la sociedad en sí.

Dentro de esa especialización por la que han apostado, la arquitectura hospitalaria supone hoy en día uno de sus puntos fuertes. ¿Cuáles son las características que definen los proyectos sanitarios de Enero Arquitectura?

Cada época, con sus propios códigos. La historia nos dice que la Arquitectura se centraba en los facultativos más que en quien va a ser sanado. En cambio, hoy, centramos la atención en el paciente sin olvidarnos de los profesionales.

Por así decirlo, las características que destacaríamos serían: el uso de la luz natural que está demostrado que influye positivamente en la recuperación del paciente; intentamos generar una vinculación con el entorno que ayude a la recuperación (healing effect) con espacios agradables a la vista y a los sentidos, así como proporcionados.

Otro punto importante es la accesibilidad, sin barreras arquitectónicas, para que las estancias entre los diferentes tratamientos sean cómodas y cortas donde los circuitos estén bien pensados.

El bienestar del paciente se ha convertido en el eje vertebrador de la arquitectura sanitaria. Sin embargo, es una tendencia relativamente reciente. Antes, en este tipo de proyectos, primaba fundamentalmente la funcionalidad. ¿A qué achacan esa evolución?

La funcionalidad y el bienestar del paciente no están reñidos. Es más, para que el paciente se encuentre bien, todo tiene que funcionar eficientemente. La evolución en el diseño de los hospitales ha sido en cuanto a las prioridades de diseño. Al principio era el médico, luego fue el equipamiento y ahora es el paciente. Es como si para comprar un helado, primero tuvieras que entrar en el despacho del maestro heladero, luego ver las grandes máquinas de hacer helado y luego ir al mostrador de los helados. Nosotros queremos que el paciente sólo interactúe con los helados.

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Una de sus obras más emblemáticas es el nuevo Hospital Quirón Salud de Córdoba, en el que CORTIZO también ha participado con sus sistemas de cerramiento. ¿Cuáles son sus claves?

En el caso de Córdoba, el primer parámetro importante que tuvimos, y al que nos ligamos para resolver el edificio, fue la preexistencia de una necrópolis próxima a un núcleo islámico. Para implantar el edificio podíamos tocar la necrópolis, pero no el núcleo, lo que generaba una diagonal muy clara en una parcela donde no teníamos referencias. Lo que propusimos fue implantar un catalizador, una infraestructura que influyese en el resto del tejido urbano, enfocando las vistas a la sierra de Córdoba y volcándose hacia el interior.

Al tratarse de un entorno anodino, carente de naturaleza, nosotros nos encargamos de generarla. En este sentido, el edificio dispone de dos grandes patios que corresponden a dos núcleos: el ambulatorio y la zona de diagnóstico, por un lado, y el área de hospitalización, por otro. Aparentemente, el edificio por fuera parece abstracto, pero cuando entras es muy luminoso. Muchas veces, cuando no disponemos de entornos favorables, nos volcamos hacia dentro.


La envolvente es otro de los elementos singulares del Hospital Quirón Salud de Córdoba. ¿Cuál es su objetivo?

La fachada tiene mucho que ver con el proceso proyectual. Es muy difícil hacer un edificio cuyo exterior responda al interior, por lo que la voluntad fue generar una fachada abstracta que permitiese mover determinadas piezas dentro sin que esta se viese afectada. Tiene una primera piel que resuelve la iluminación y la protección térmica, y una segunda, como si se tratase de un vestido, que oculta los posibles cambios de programa. 

Otra de sus obras en curso, es el Centro de Protonterapia de Pozuelo de Alarcón. ¿Qué planteamiento han hecho para este proyecto?

Es un edificio muy humano. Muchas veces, en este tipo de centros, los accesos son oscuros, los pasillos interminables, y al final pierdes totalmente la referencia cuando llegas a manos del facultativo.

En este caso, nosotros planteamos que, hasta que el paciente entrase al bunker, viese luz natural y vegetación.

Apostamos por disminuir la escala de algo que, de por sí, ya es un mausoleo. Lo común habría sido hacer una gran pieza y, de repente, un elemento pequeño se abrazase a ella. Sin embargo, empleamos la estrategia de ir generando diferentes alturas en cubierta para que, de alguna manera, la escala del edificio se fuera minimizando. Cuando llegas al bunker, te encuentras con la última pieza de una gradación de piezas.

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La rehabilitación patrimonial es otra de las áreas en las que se han adentrado, trabajando sobre edificios de gran valor histórico y arquitectónico como el Palacio de los Pardo Donlebún o el Palacio del Marqués de Santa Cruz en Asturias. ¿Cómo se consigue el equilibrio perfecto entre un proyecto preexistente y las actuaciones que se pretenden aplicar en él?

Estos edificios son los más personales y delicados. A diferencia de lo que se ha hecho en tema de patrimonio en España, lo primero que hay que hacer es entender el edificio, documentarse, ver su historia y entender que las preexistencias históricas tienen muchas fases y épocas, pero no todas son buenas. Hay que establecer qué es lo que tiene de valor de un edificio y qué no. Una vez hayas elegido el lenguaje o la época más significativa, se da una bifurcación. Y aquí es donde el arquitecto debe plantearse qué quiere hacer, si una intervención que se separe de la historia del edificio o una que se desligue desde el punto de vista conceptual pero que dialogue constructivamente. Y yo creo que ese es el camino que hemos tomado en las rehabilitaciones, cómo generamos usos y espacios contemporáneos, pero con tradiciones constructivas, históricas, locales o del contexto cercano. En el caso de nuestros encargos en Asturias, apostamos por espacios con juegos de dobles alturas, de volúmenes solapados, de soluciones que son muy propias de la arquitectura contemporánea, pero sin embargo resueltos gracias a maestros como canteros o carpinteros tradicionales.

Desde su creación Enero Arquitectura no ha dejado de crecer. Ya cuentan con oficinas en Madrid, Barcelona e Ibiza. Pero, ¿se plantean el salto internacional?

Sí, actualmente estamos buscando nuevas oportunidades en Latinoamérica. Creemos que el mercado nacional tiene gran parte de sus infraestructuras construidas y se harán pocas inversiones. Sin embargo, en países como Chile, Colombia, Perú, se están lanzando grandes proyectos en los que podemos aplicar todo el conocimiento atesorado a lo largo de estos años.

Ya para terminar. ¿Qué balance hacen de la situación actual de la arquitectura? ¿Hacia dónde se debe dirigir el sector?

Pues el futuro es incierto, pero alentador. Vemos una altísima especialización, estudios grandes y con estructura de empresa, leve recuperación de los honorarios, deslocalización de la producción...

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