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Emre Arolat, Emre Arolat Architecture: “En el momento en que emergió el fenómeno de la sostenibilidad, la definición de lujo también cambió”

TUR Tuerkei, Istanbul, Portrait Emre Arolat, EAA Architecure | TUR, Turkey, Istanbul, portrait Emre Arolat, EAA Architecture

Emre Arolat (1963, Turquía) viene de una familia de arquitectos. Rodeado de planos y bocetos, siempre tuvo claro que lo suyo era mezclar arte y conocimiento técnico dando forma a las ideas que creaba en su cabeza. Tras finalizar la carrera y pasar 17 años trabajando en el estudio de sus padres, fundó en 2004 Emre Arolat Architecture junto a Gonca Paşolar, una firma que le ha permitido convertirse en uno de los nombres más conocidos de la arquitectura contemporánea turca.

Su éxito bebe de su afán por construir edificaciones que hablen por sí mismas de la historia y las costumbres del lugar en el que han sido erigidas. Centrada en la conexión entre lo divino y lo humano, entre sus obras destaca la mezquita Sancaklar, ganadora en la categoría de edificios religiosos de los premios World Architecture Festival (WAF) y nominada a los Mies Van der Rohe en el año 2015. Además de contar con numerosas obras de prestigio, Arolat ha conseguido crear escuela entre las jóvenes promesas de su país impartiendo clases en algunas de las universidades más importantes del mundo.

Además de haber impartido clases en la prestigiosa universidad de Yale y ser catedrático en la International Academy of Architecture, cada año su estudio recibe a jóvenes arquitectos que buscan una primera experiencia en el sector. ¿Considera que hay alguna carencia a la hora de formar nuevos talentos?

Creo que es importante destacar que mi generación de arquitectos creció en un mundo analógico. En aquel momento, la vida académica giraba en torno a aprender en profundidad, interpretar ideas concienzudamente y usar tus manos para darles vida. Siempre percibí esa conexión entre la mano, el corazón y la mente como una especie de magia, un modo de pensar en sí misma, pero las cosas son diferentes ahora, claro. Con el auge de las herramientas digitales, el panorama ha cambiado. Esto sin duda influirá en el futuro de la arquitectura.

De hecho, todavía hay un problema entre el ámbito práctico y el académico, que parecía ser un problema común en mis tiempos de estudiante, y sigue siéndolo hoy en día. Tanto el mundo académico como los profesionales de la enseñanza deberían tenerlo en cuenta. En el mundo desarrollado existe cierta distancia entre el ámbito académico y la práctica, y los arquitectos jóvenes tienden a tener problemas cuando se enfrentan a la práctica por primera vez. Es importante seguir aprendiendo a la vez que defines tus habilidades, pero también lo es prepararte todo el tiempo para la realidad de la industria.

Creo que es la carencia principal, sin contar algunas universidades en concreto que integran períodos de prácticas en su programa. Puede que estar preparados para estos cambios ya no sea tarea de los estudiantes en la realidad actual.

Uno de sus proyectos más icónicos es la mezquita Sancaklar, ganadora en la categoría de edificios religiosos de los premios World Architecture Festival (WAF). En entrevistas anteriores, afirmó que este trabajo le permitió distanciarse de los debates actuales de la arquitectura y centrarse en la esencia del espacio. ¿Cómo se reflejó esto en el diseño?

Uno de los retos principales a la hora de diseñar una mezquita contemporánea en Turquía es enfrentarse a la tipología clásica de las mezquitas otomanas. Originalmente se desarrollaban con un fuerte sentido de lógica estructural y refinamiento arquitectónico, y esta forma se replica a menudo hoy en día sin adaptarla a las tecnologías constructivas contemporáneas. Como resultado, se ha convertido en un anacronismo vacío, despojado de su significado original, pero con una carga simbólica importante todavía.

De todos modos, a pesar de estas asociaciones estructurales, sabemos que la mezquita como tipo de edificio no tiene una forma concreta o predeterminada. Al contrario, históricamente las mezquitas han adoptado distintas expresiones en función de las diversas culturas, y cada una ofrecía una interpretación espacial única del ritual esencial de la oración.

En el diseño de la mezquita Sancaklar nuestra prioridad era lograr esta esencia. En lugar de adoptar un lenguaje arquitectónico formal, nos centramos en potenciar la experiencia física y espacial de la oración, y el resultado es un espacio donde la forma se desvanece en el fondo (libre de simbolismo cultural) permitiendo que la luz y el material hablen en sus formas más puras.

El proyecto Elements Yalikavak incluye 23 villas de lujo con vistas al mar de entre 400 y 800 m² cada una.
El proyecto Elements Yalikavak incluye 23 villas de lujo con vistas al mar de entre 400 y 800 m² cada una.

La mezquita está ubicada cerca de una carretera muy transitada y rodeada de barrios de las afueras de Estambul, por el contrario, en su interior reina una sensación de tranquilidad que busca facilitar el acercamiento a lo divino a través de la oración. ¿Trató de representar la convivencia del mundo urbano y el espiritual con este proyecto?

Se podría decir que este proyecto cuestiona el enfoque típico y formal que solemos ver en la arquitectura religiosa en Turquía. Uno de los puntos clave en el que nos centramos fue cómo el edificio conecta con el entorno. No lo ves inmediatamente cuando te acercas desde la carretera superior y lo hicimos así a propósito. Lo que ves primero es un jardín, cercado por muros bajos y horizontales y una estructura de piedra vertical. Ese elemento vertical es como una señal silenciosa, pues te indica que hay algo importante ahí. A medida que te acercas, empiezas a distinguir la caligrafía y es entonces cuando se hace más evidente que se trata de un lugar de culto. Desde el jardín superior hay unas bonitas vistas del lago Büyükçekmece, que contribuyen a la creación de la atmósfera de reflexión y calma que buscábamos.

Es cierto que, una vez que entras, te distancias del entorno un poco más. Es un lugar en el que puedes estar solo con el creador, una especie de espacio para meditar. De hecho, nos parece importante que el espacio interior transmita este tipo de significado y estamos convencidos de que hemos llegado a ese punto a lo largo del proyecto y el diseño.

Se trata de un lugar donde el usuario reconecta con su mundo interior, un lugar en el que se puede liberar del caos y enfrentarse a un espacio de estas características. En este contexto, en lugar de decir vida urbana y vida espiritual, podrías decir transición de las experiencias diarias a este mundo interior.

La corredera COR VISION de Cortizo facilita la entrada de luz dentro de las viviendas del complejo Elements Yalikavak.
La corredera COR VISION facilita la entrada de luz dentro de las viviendas del complejo Elements Yalikavak.

"Todos sabemos que las fábricas no destacan especialmente por ser los lugares más cómodos y humanos para trabajar. Normalmente son entornos duros en los que los trabajadores pasan jornadas largas y agotadoras, a menudo en condiciones que distan mucho de ser ideales. 

Otra de sus obras más conocidas es la fábrica textil Ipekyol, en la que unió en un mismo edificio a operarios y administrativos e incluyó zonas de esparcimiento para los empleados. ¿Fue para usted una manera de humanizar los lugares de trabajo?

Todos sabemos que las fábricas no destacan especialmente por ser los lugares más cómodos y humanos para trabajar. Normalmente son entornos duros en los que los trabajadores pasan jornadas largas y agotadoras, a menudo en condiciones que distan mucho de ser ideales. Entonces, para mí fue un verdadero shock cuando leí un artículo en una revista que decía que a los trabajadores de la fábrica Ipekyol les gustaba tanto el edificio que no se querían ir a casa. No me entra en la cabeza. No importa lo bien diseñado que esté un espacio, no creo que ninguna fábrica haga que nadie se quiera quedar allí en lugar de irse a casa. No deberíamos romantizar algo así.

Vivimos en un mundo condicionado por problemas económicos y sociales que no podemos ignorar. Sin embargo, creo firmemente que la arquitectura (y los arquitectos) deberían conectar con esas realidades en lugar de fingir que no existen. No, no podemos arreglar las injusticias únicamente con un edificio. Pero sí creo que un diseño cuidadoso puede aportar un poco de luz a los lugares que toca.

Cuando Yalçın Ayaydın, dueño de Ipekyol, me contactó para diseñar una fábrica en Edirne, fui sincero con él. Le dije que no había realizado un proyecto de esa magnitud nunca, únicamente algunas reformas aquí y allá. Y, sinceramente, la mayoría de las fábricas que había visto me recordaban a cárceles en las que, como por casualidad, la gente producía cosas. Pero Yalçın Bey no se achantó. Lejos de decir “da igual, no te preocupes”, dijo “entonces diséñame la fábrica perfecta. Una que incluso pueda servir de modelo en Europa. No solo no debe parecer una cárcel, sino que debe ser también un lugar en el que la gente se sienta bien trabajando”.

Que un cliente confíe así en ti significa mucho. Y no es solo la confianza, sino cómo se expresa (esa confianza no hablada). Creo firmemente que este tipo de entendimiento mutuo es imprescindible para un proceso y un resultado satisfactorios. Es cierto que te da libertad, pero también implica una gran responsabilidad. Pesa, pero en el buen sentido. A medida que el proyecto avanza y todo empieza a encajar, ese peso empieza a disiparse y la alegría ocupa su lugar. Eso fue justo lo que pasó con la fábrica Ipekyol, que acabó ganando uno de los premios mundiales más respetados en arquitectura. Yalçın y yo lo recogimos juntos.

Me preguntabas acerca de humanizar el lugar de trabajo. Los trabajadores de la fábrica Ipekyol se sienten, al menos hasta cierto punto, mejor que los de otras fábricas, pues no se encuentran encerrados en cajas sofocantes sin oxígeno, sino que trabajan en espacios de techos altos llenos de luz natural y aire fresco. No están separados por puertas cerradas o barreras de clase invisibles, ya que el diseño, abierto y transparente, no permite este tipo de separación. En cierto modo, esto nos permite ver a los demás al mismo nivel, o igual debería decir, a nivel humano. Aquí no hay sitio para la burocracia.

El minimalismo de la corredera COR VISION de Cortizo y la barandilla View Crystal abre paso a unas vistas infinitas sin apenas interrupciones.
El minimalismo de la corredera COR VISION de Cortizo y la barandilla View Crystal abre paso a unas vistas infinitas sin apenas interrupciones.

Además de obras industriales y públicas, Emre Arolat Architecture también ha dado forma a proyectos residenciales como Kempinski Residences Nef Reserve Gölköy, en la que, por cierto, utilizó algunos de nuestros sistemas. ¿Cómo se logra conectar el interior de la vivienda con el espacio circundante? ¿Qué papel jugaron nuestros sistemas Cor Vision, Cor Vision Plus, Cor 60 y Cor 60 HO en este proyecto?

El proceso de diseño de las casas Gölköy se guio principalmente por las características diferenciadoras de su ubicación y la intención de establecer una relación sensible con el terreno, en concreto preservando árboles adultos, ricas formaciones rocosas, y la topografía única de cada emplazamiento.

Cada estructura fue diseñada para fundirse harmoniosamente con el entorno natural, en lugar de destacar vista desde el mar. Los niveles más bajos se diseñaron como plataformas, acomodadas cuidadosamente en los huecos naturales del terreno, siguiendo los límites de la parcela. A menudo destinadas a albergar las zonas de estar, estas plantas fueron concebidas para integrarse de forma orgánica con el paisaje, hasta llegar casi a no distinguirse de la naturaleza que las rodea.

En cambio, los niveles superiores se concibieron como una composición de volúmenes prismáticos diferenciados, inspirados por la arquitectura vernácula mediterránea. Aunque en la forma son más definidas, estas masas mantienen un lenguaje fragmentado que mantiene la sensación de sumergirse en la naturaleza difuminando la separación entre el interior y el exterior.

De hecho, en este tipo de localizaciones y climas, el tema no es solo interior o exterior, sino todo a la vez. La relación entre estas dos áreas, es decir, entre el espacio de uso exterior y el espacio de uso interior, es más tensa que en otros climas. De vez en cuando estos sistemas, en concreto los sistemas de puerta corredera que usamos para este proyecto, tienen una función especial. Gracias a estos diseños, las hojas pueden desplazarse hasta quedar unas superpuestas sobre otras, lo que permite abrir toda la esquina del edificio, ofreciendo una conexión total con el exterior de la vivienda.

Del mismo modo, podemos decir que estos sistemas se abren con facilidad y, tanto si el usuario es un adulto como si es un niño, podrían manejarlo con facilidad. Pero al mismo tiempo, tener aperturas de grandes dimensiones es en realidad una paradoja. Lo que ocurre es que tienes que deslizar esos paneles enormes y eso solo se puede conseguir con habilidades técnicas. Para que puedan tener esas dimensiones y ser fáciles de deslizar, la técnica tiene que estar bien resuelta. Los sistemas elegidos para el proyecto Kempinski Residences Nef Gölköy cuentan con un detalle técnico refinado que sirve, no solo de soporte para las complejidades del diseño, pero también para crear un producto final intuitivo para el usuario.

El minimalismo de la corredera COR VISION de Cortizo y la barandilla View Crystal abre paso a unas vistas infinitas sin apenas interrupciones.  COR VISION PLUS, COR VISION, COR 60, COR 60 HO
Las correderas COR VISION y COR VISION PLUS y las ventanas COR 60 HO son parte fundamental de la estética minimalista del proyecto Nef Reserve Golköy Kempinski Residences.

En este proyecto logró crear una atmósfera de lujo respetando la belleza natural del entorno. ¿Piensa que la sostenibilidad ha cambiado el concepto de vivienda de lujo en los últimos años?

En el momento en que emergió el fenómeno de la sostenibilidad, la definición de lujo también cambió. El lujo solía ser más decorativo, más ornamentado. Existe una diferencia entre lo que llamábamos lujo hace 25 años y lo que entendemos por lujo hoy en día.

El aspecto más reciente de esto, especialmente en los últimos tiempos, es que una estructura bien resuelta desde el punto de vista del diseño pasivo, en términos de uso energético, también puede considerarse lujo. En otras palabras, existe una relación entre esas definiciones que es a la vez sostenible y lujosa, algo impensable hasta hace pocos años.

Otro de sus proyectos residenciales destacados es Elements Yalikavak, un complejo de 23 viviendas en las que también están presentes los sistemas de Cortizo. ¿Qué claves utiliza para convertir en un hogar lo que, en principio, es una construcción cualquiera?

El complejo está situado en una colina en Gökçebel, en Yalıkavak, Bodrum, una bahía en la costa egea de Turquía, y cuando se observa en las últimas horas de la tarde, con el sol brillando desde el frente y reflejando en el cristal, si entrecierras los ojos, casi parece que el espacio está vacío. Si bien hay varios edificios alrededor, el área donde se sitúa la estructura parece intacta, como si no se hubiese construido nada allí. En ese sentido, el edificio se integra perfectamente con el terreno. Hace exactamente lo que debería, se vuelve parte del paisaje.

Esto va más allá de lo evidente: el diseño parece seguir la topografía natural, casi como si estuviese guiado por el contorno del terreno. Ese es un aspecto clave del proyecto. Además, creo que uno de los conceptos más importantes aquí es la escala. Más específicamente, la escala humana.

La fragmentación se vuelve esencial para llegar a ella. En lugar de tener estructuras de grandes dimensiones parecidas entre sí, cada unidad se diseñó con un enfoque a medida y cada una se divide en partes más pequeñas, que crean experiencias espaciales sorprendentes. Por ejemplo, hay un área en la que hay una roca y el edificio se adapta a su forma. Ese espacio con la roca, en concreto, se vuelve un patio por sí solo, y alrededor del patio podría haber una habitación y un baño, y juntos formar una especie de composición.

Así que, a través de este enfoque (escala y fragmentación) la arquitectura no produce un edificio, sino que crea un hogar. No obstante, podemos decir que, en última instancia, un hogar lo crea el usuario, la arquitectura solo proporciona una base a la que alguien llamará hogar.

El complejo Nef Reserve Gölköy Kempinski Residences apuesta por edificaciones integradas en el paisaje a través de la forma y los materiales.
El complejo Nef Reserve Gölköy Kempinski Residences apuesta por edificaciones integradas en el paisaje a través de la forma y los materiales.

Yalikavak se está convirtiendo en un destino de vacaciones cada vez más conocido, ¿qué tiene que hacer un arquitecto para añadir valor diferencial a la experiencia de los clientes?

Por muy popular que se vuelva un destino turístico, como arquitectos creemos que hay valor en no alterar su carácter, su genius loci, por así decirlo. Yalıkavak Elements tiene ciertas características topográficas y naturales que lo distinguen de otras zonas de Bodrum. Aunque no es un área densamente boscosa (en muchas partes hay rocas), esa coloración específica que proviene de la vegetación de maquia está presente en todo el diseño.

Así que, como arquitectos, por mucho que estemos añadiendo densidad —y sí, estamos añadiendo densidad—, sigue siendo fundamental diseñar algo que preserve las características propias del terreno o la topografía. Ese es el papel del arquitecto: enriquecer la experiencia del cliente.

Su firma de arquitectura cuenta con oficinas en Londres y Estambul, ¿esta diversificación en el ámbito geográfico ha influido en su manera de crear?

Cada zona presenta unos desafíos. Por ejemplo, en lugares que pueden parecer abiertos y cosmopolitas a primera vista, empiezas a entender cierta rigidez y problemas estructurales una vez que estás totalmente involucrado en sus dinámicas. Aunque puede que esto afecte a algunos aspectos de nuestro proceso inicial de diseño, incorporamos en gran medida nuestra propia filosofía, en la que los diseños se basan en la importancia del contexto.

Puedo afirmar que cada proyecto nuevo que aceptamos implica un proceso de entendimiento, aprendizaje e internalización por parte del equipo de diseño de la oficina. Es crucial descubrir las características distintivas de cada proyecto, evaluar el contexto en todas sus dimensiones y plantear preguntas específicas para desarrollar soluciones adaptadas a cada nueva situación. No miento si digo que este proceso suele ser bastante exigente y arduo para nosotros.
En EAA, el marco intelectual está moldeado por una amplia investigación, lectura y debate, y cuidadosamente materializado en la siguiente fase. Sin analizar el contexto del proyecto y su emplazamiento, no es posible crear algo adaptado a ese espacio.

Esta es nuestra forma de pensar, y estemos donde estemos, lo abordamos con la misma sensibilidad. De este modo, no importa si estamos diseñando en Londres o Estambul. Trabajamos en proyectos por todo el mundo (Dubai, Kyrgyzstan, Italia, etc.) y los enfocamos con una sensibilidad similar hacia el contexto. Lo único es que, aunque esto no cambia nuestra forma de crear, sí plantea el problema de trabajar con diferentes burocracias.

"La arquitectura estaba por todas partes en casa. La mesa del comedor o la mesita del café de la sala de estar estaban siempre llenas de bocetos, libros o revistas".

Acabemos con un guiño emotivo. Usted fundó su estudio, junto con Gonca Paşolar, allá por el 2004 después de haber trabajado con sus padres desde finales de los 80. ¿Qué aprendió de ellos que aún sigue utilizando en su día a día?

Crecer en una familia en la que todos son arquitectos es una situación bastante particular. Vi a mis padres trabajar mano a mano durante años. La arquitectura estaba por todas partes también en casa. La mesa del comedor o la mesita del café de la sala de estar siempre estaban llenas de dibujos, libros o revistas. Había un flujo constante de amigos arquitectos yendo y viniendo y yo solía escuchar sus conversaciones sin darme cuenta de cuánto me estaba empapando de lo que oía.

Después de estudiar arquitectura y graduarme, pasé un año trabajando en los Estados Unidos y, cuando volví, empecé a trabajar con ellos en Arolat Architecture, donde pasé diecisiete años, hasta que finalmente fundamos EAA. Esa época sin duda tuvo sus beneficios, pero si soy sincero, también fue… dejémoslo en intensa. Fue sin duda el mejor aprendizaje que pude haber tenido.

Siempre creí en la importancia de la dinámica mentor-aprendiz en arquitectura y, para mí Arolat Architecture fue justo eso, una especie de escuela. Francamente, lo que más aprendí de ellos fue que, independientemente de la profesión, uno debe tener unos fundamentos intelectuales y morales sólidos y no apartarse de ellos en ningún caso. Ese era su principio básico. Si bien es cierto que en las condiciones actuales, a veces pueden parecer anticuados o incluso un obstáculo, creo que es un fundamento que nunca cambiaré.

ES