En sus más de 14 años de historia, ENERO se ha especializado en el ámbito de la arquitectura hospitalaria, convirtiéndose en socio estable y recurrente de los principales grupos sanitarios españoles (Quirónsalud, Ruber...). Además, también realiza arquitectura hotelera y proyectos de rehabilitación patrimonial, situando al usuario en el centro de todo lo que hace, dando lugar a centros confortables, agradables y altamente funcionales.
El estudio nace en 2006 con una misión clara: desarrollar proyectos conforme a los más altos estándares de excelencia, brindando un servicio integral orientado a establecer relaciones de largo plazo con sus clientes. Con ese espíritu, apoyados en un equipo joven y multidisciplinar, ENERO combina experiencia e innovación en todos sus proyectos entre los que destacan el Hospital Fundación Jiménez Díaz y el Hospital Universitario General de Villalba en Madrid, el Hospital Universitario Sagrat Cor y el Hospital General de Cataluña en Barcelona o el Hospital Quirónsalud de Córdoba.
Sin embargo, los centros sanitarios, tal y como los conocíamos hasta ahora, ya no volverán a ser iguales tras la pandemia del COVID 19. Hablamos con Francisco Ortega para conocer cómo serán los hospitales del futuro.
"En nuestros proyectos hospitalarios intentamos generar una vinculación con el entorno que ayude a la recuperación"
Los hospitales deberán prepararse para afrontar nuevas situaciones de estrés sanitario, inimaginables hasta hace unos meses. ¿Qué cambios serán necesarios desde el punto de vista arquitectónico? ¿Cómo serán los nuevos hospitales postcovid?
Los nuevos hospitales tendrán unas medidas de control y circulaciones mucho más restrictivas que hasta ahora. En ese sentido se independizarán del resto los espacios y circuitos destinados a pacientes infecciosos. Además, las áreas en las que afecta más la COVID como son las UCIs o las hospitalizaciones tenderán a hacerse de uso individual.
Desde un punto de vista aún más técnico, será necesario incrementar las renovaciones de aire en todas las áreas e incluso al uso extensivo de filtros HEPA que garantizan la eliminación de virus y bacterias.
En todo esto, la arquitectura e ingeniería hospitalaria tiene mucho que decir.
¿La nueva realidad les ha obligado a rediseñar proyectos que ya tenían definidos?
En nuestro caso, que nos enfocamos mucho en el bienestar del paciente, ya llevamos implementando los usos individuales en todo el hospital desde hace mucho para darle más comodidad e intimidad, por lo que no nos ha afectado demasiado.

Su oficina apostó desde los inicios por la especialización, convirtiéndose la arquitectura hospitalaria en uno de sus puntos fuertes. ¿Cuáles son las características que definen sus proyectos sanitarios?
Cada época tiene sus propios códigos. La historia nos dice que la arquitectura se centraba más en los facultativos que en los pacientes. Sin embargo, hoy centramos la atención en los enfermos sin olvidarnos de los profesionales.
Las características que destacaríamos en nuestros proyectos son el uso de la luz natural, estando demostrado que influye positivamente en la recuperación del paciente, y la generación de un vínculo con el entorno que ayude a la recuperación, incluyendo espacios proporcionados agradables a la vista y a los sentidos.
Otro punto importante es la accesibilidad, sin barreras arquitectónicas, para que las estancias entre los diferentes tratamientos sean cómodas y cortas, donde los circuitos estén bien pensados.
El bienestar del paciente se ha convertido en el eje vertebrador de la arquitectura sanitaria. Sin embargo, es una tendencia relativamente reciente. Antes, en este tipo de proyectos, primaba fundamentalmente la funcionalidad. ¿A qué achacan esa evolución?
La funcionalidad y el bienestar del paciente no están reñidos. Es más, para que el paciente se encuentre bien, todo tiene que funcionar eficientemente. La evolución en el diseño de los hospitales está vinculada a las prioridades de diseño. Al principio era el médico, luego fue el equipamiento y ahora es el paciente. Es especialmente importante, que los centros sanitarios no sólo se enfoquen en recuperar la salud, sino también en fomentarla. Para ello la arquitectura cumple un papel fundamental.

Una de sus obras más emblemáticas es el nuevo Hospital Quirónsalud de Córdoba, en el que CORTIZO también ha participado con sus sistemas de cerramiento. ¿Cuáles son sus claves?
En el caso de Córdoba, el primer parámetro importante que tuvimos, y al que nos ligamos para resolver el edificio, fue la preexistencia de una necrópolis próxima a un núcleo islámico. Para implantar el edificio podíamos tocar la necrópolis, pero no el núcleo, lo que generaba una diagonal muy clara en una parcela donde no teníamos referencias. Lo que propusimos fue implantar un catalizador, una infraestructura que influyese en el resto del tejido urbano, enfocando las vistas a la sierra de Córdoba y volcándose hacia el interior.
Al tratarse de un entorno anodino, carente de naturaleza, nosotros nos encargamos de generarla. En este sentido, el edificio dispone de dos grandes patios que corresponden a dos núcleos: el ambulatorio y la zona de diagnóstico, por un lado, y el área de hospitalización, por otro. Aparentemente, el edificio por fuera parece abstracto, pero cuando entras es muy luminoso. Muchas veces, cuando no disponemos de entornos favorables, nos volcamos hacia dentro.
La envolvente es otro de los elementos singulares del Hospital Quirónsalud de Córdoba. ¿Cuál es su objetivo?
En el diseño de la fachada intervinieron dos aspectos fundamentales: la irradiación solar y el uso tras ella. Para garantizar el mayor aprovechamiento solar en invierno combinado con la mayor protección solar en verano y, a su vez, garantizar la intimidad necesaria en los espacios iluminados por la fachada, tuvimos que parametrizar esos datos usando complejos programas informáticos que nos dieron como resultado una fachada de una plasticidad abrumadora. Nos gusta mucho utilizar la tecnología para que nuestras propuestas arquitectónicas no solo sean el resultado de un buen diseño, sino también la expresión formal de un resultado de una investigación técnica.
Finalmente, los cordobeses con su gracia habitual, lo apodaron el “Ferrero Roché” con lo cual nuestra satisfacción no puede ser mayor.
Otra de sus obras en las que CORTIZO también ha participado es la ampliación del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, en la localidad de Pozuelo. ¿Qué planteamiento han hecho para este proyecto?
En la fachada del edificio de ampliación del Hospital Universitario Quironsalud Madrid de Pozuelo, el reto consistía en adaptarse a la fachada preexistente, siguiendo un lenguaje que dialogue con su estética, y manteniendo los mismos criterios de ritmo, composición y escala. Estos conceptos se reinterpretan y se combinan en busca de mejorar aspectos técnicos y de un mayor rendimiento energético.
La fachada del nuevo edificio replica los materiales utilizados en el edificio actual, configuradas por ritmos pautados de paneles arquitectónicos ranurados prefabricados de hormigón armado dispuestos al tresbolillo en las distintas plantas, en combinación con grandes huecos verticales rasgados de carpinterías y elementos de protección solar mediante “boomerangs” de lamas de hpl dispuestos sobre los voladizos de cada una de las plantas. Estos tres materiales (hormigón prefabricado, vidrio y hpl) en su combinación, originan la nueva imagen estética de la ampliación, formando una unidad íntegra con el conjunto edificatorio.

Desde la fundación de su oficina han ido dirigiendo su actividad hacia la especialización. ¿Ha sido un camino buscado o circunstancial?
Nuestra arquitectura se centra en aspectos concretos y especializados porque creemos que desde ahí le podemos dar el mayor valor a la arquitectura y a parte, dar una respuesta más social que como se venía haciendo.
En el caso de la arquitectura hospitalaria, nos parece interesante porque es altamente compleja e influye directamente en los seres humanos que utilizan estas instalaciones.
Con respecto a los espacios hoteleros, hay tantos tipos distintos de viajero que nos parece enriquecedor el proceso de ir acomodándolos, creando un sistema propio para lograr su bienestar.
El tercer pilar de Enero Arquitectura es el más personal: la rehabilitación patrimonial. España es uno de los países que más patrimonio abandonado tiene, y es una pena que todo esté desapareciendo, principalmente por el hecho de que no se le da el valor que éste tiene. Nosotros queremos darle valor, interpretando el lenguaje del edificio original. Tenemos un reto muy importante: dar vida a estos edificios para los próximos años, sin solapar la importancia de su historia.
La arquitectura residencial concentra la actividad de gran parte de las oficinas de nuestro país. Sin embargo, su estudio apenas ha desarrollado proyectos en esta área, ¿por qué?
Hemos tenido oportunidades de hacer otro tipo de arquitectura, como es el caso de la residencial, pero no nos resulta tan interesante como la arquitectura hospitalaria, hotelera o la propia rehabilitación patrimonial, ya que encontramos que todo está más estandarizado. Por contra, en los tres ámbitos en los que nos movemos todo lo que hagas e intervengas va a ser mucho más escuchado y una va a tener una repercusión directa en la sociedad en sí.

La rehabilitación patrimonial es otra de las áreas en las que se han adentrado, trabajando sobre edificios de gran valor histórico y arquitectónico como el Palacio de los Pardo Donlebún o el Palacio del Marqués de Santa Cruz en Asturias. ¿Cómo se consigue el equilibrio perfecto entre un proyecto preexistente y las actuaciones que se pretenden aplicar en él?
Estos edificios son los más personales y delicados. A diferencia de lo que se ha hecho en tema de patrimonio en España, lo primero que hay que hacer es entender el edificio, documentarse, ver su historia y entender que las preexistencias históricas tienen muchas fases y épocas, pero no todas son buenas. Hay que establecer qué es lo que tiene de valor de un edificio y qué no. Una vez hayas elegido el lenguaje o la época más significativa, se da una bifurcación. Y aquí es donde el arquitecto debe plantearse qué quiere hacer, si una intervención que se separe de la historia del edificio o una que se desligue desde el punto de vista conceptual pero que dialogue constructivamente. Y yo creo que ese es el camino que hemos tomado en las rehabilitaciones, cómo generamos usos y espacios contemporáneos, pero con tradiciones constructivas, históricas, locales o del contexto cercano. En el caso de nuestros encargos en Asturias, apostamos por espacios con juegos de dobles alturas, de volúmenes solapados, de soluciones que son muy propias de la arquitectura contemporánea, pero sin embargo resueltos gracias a maestros como canteros o carpinteros tradicionales.
Enero Arquitectura no ha dejado de crecer. Ya cuentan con oficinas en Madrid, Barcelona e Ibiza. Pero, ¿se plantean el salto internacional?
Sí, actualmente estamos buscando nuevas oportunidades en Latinoamérica. Creemos que el mercado nacional tiene gran parte de sus infraestructuras construidas y se harán pocas inversiones. Sin embargo, en países como Chile, Colombia, Perú, se están lanzando grandes proyectos en los que podemos aplicar todo el conocimiento atesorado a lo largo de estos años.
