Joaquín Lahuerta es Arquitecto por Escuela Técnica Superior de la Universidad de Navarra (1989), con especialidad en urbanismo. A lo largo de toda su trayectoria profesional ha recibido reconocimientos tanto en el ámbito público como en el privado y ha liderado numerosos proyectos residenciales, urbanísticos, de rehabilitación o equipamientos. Actualmente está trabajando en proyectos como Torre Zaragoza, que, con 30 plantas, se convertirá en el edificio inmobiliario más alto de la ciudad con criterios Passivhaus.
Ingennus acaba de presentar su Plan Estratégico 2018-2020 en el que se recogen los principales objetivos y actividades a desarrollar en los próximos tres años. En CORTIZO ARCH conversamos con uno de sus socios, Joaquín Lahuerta, para conocer más detalles sobre los proyectos de esta empresa de arquitectura zaragozana.
"Buscamos adelantarnos a las exigencias del mercado para poder dar un trato diferencial a nuestros clientes"
Recientemente acaban de trazar la hoja de ruta de Ingennus para los próximos tres años, ¿cuáles son los principales objetivos que se marcan para ese período?
Nuestro nuevo Plan Estratégico propone cuatro objetivos estratégicos. Primero, buscaremos incrementar la presencia de Ingennus en el mercado tanto a nivel nacional como internacional. Además, avanzaremos en la exploración de nuevos segmentos de negocio, principalmente el industrial, el hotelero y el hospitalario. También pretendemos incorporar elementos innovadores de valor añadido en los proyectos, desarrollando una cultura transversal de innovación; así como mejorar nuestra gestión interna.
Hoy en día son una oficina consolidada, pero en su día les tocó dar los primeros pasos en un contexto de crisis de construcción en España. ¿Qué les llevó a apostar por la creación de una nueva empresa por aquel entonces?
Cuando estalló la última crisis inmobiliaria, algunos estudios de arquitectura desaparecieron y otros optaron por reinventarse en un momento complicado para el sector. En 2011, la Cámara de Comercio de Zaragoza ofertó un curso de Licitaciones Internacionales financiadas por Organismos Multilaterales. En ese momento, varios despachos pequeños decidimos hacer una inversión y realizar este curso, del que surgió una A.I.E. Tres años después, nació Ingennus como S.L.P y comenzamos nuestra actividad profesional bajo este nombre.
Lo que está claro es que el tiempo les ha dado la razón y han conseguido situarse como uno de los estudios de referencia del país en apenas seis años. ¿Qué aspectos han sido clave en este crecimiento?
Lo primero, la experiencia. Muchos de nosotros llevamos más de 25 años de recorrido profesional, y eso al final es imprescindible. Pero no solo eso, sino que supimos ver más allá y apostar por la internacionalización. Además, dimos el salto de ser un estudio de arquitectura a una empresa de arquitectura con una visión de negocio más allá de la calidad técnica de nuestros proyectos. En Ingennus no solo trabajan arquitectos, delineantes o ingenieros de la edificación, sino que hay otros departamentos como Personas, Finanzas, Comunicación o Gestión de Proyectos, sin los cuales sería imposible sacar el trabajo adelante. Apostamos también por BIM, los sellos de calidad, BREEAM, Passivhaus, RSC y Gestión de proyectos como la clave de nuestro trabajo, adelantándonos a las exigencias del mercado para poder dar un trato diferencial a nuestros clientes. Invertimos mucho en formación para seguir avanzando y no quedarnos estancados en un sector que actualmente está sufriendo una gran transformación. Por último, creemos en los jóvenes como fuerza tractora y como futuro para las empresas, por lo que tenemos un plan de carrera para ellos. Son fundamentales en Ingennus por su frescura, creatividad y ganas de aprender.
Su oficina se ha especializado, fundamentalmente, en proyectos de vivienda colectiva. ¿Cómo definirían sus propuestas residenciales?
Nuestra vocación es ayudar a las promotoras inmobiliarias y a las constructoras a ser más rentables en todo el proceso constructivo. Por ello, diseñamos edificios atractivos, innovadores y sostenibles, desarrollamos proyectos eficaces, coherentes y funcionales, y asesoramos en la licitación, enfocándonos en el ahorro de costes y con la máxima calidad. Todo ello, con una Dirección de Obra “cero reclamaciones”, exigente con la construcción y garantizando el mejor resultado final. Nuestro equipo está formado por personas que diseñan y piensan para personas, resolviendo sus incertidumbres y expectativas dentro de un gran marco de transparencia. A través de la metodología BIM ayudamos a mejorar los plazos de venta e incorporamos los estándares de sostenibilidad Passivhaus o BREEAM en nuestros proyectos, con el objetivo de crear edificios de consumo energético casi nulo. Más concretamente existe una tendencia de las viviendas de Ingennus por tener una envolvente térmica por el exterior del edificio para evitar los puentes térmicos. Y esto se consigue a través de las fachadas ventiladas o el SATE.
En esa apuesta por la construcción sostenible, destaca vuestro proyecto de vivienda unifamiliar en el barrio de Montecanal en Zaragoza, en el que también hemos colaborado desde CORTIZO. ¿Cuáles han sido las claves de esta obra?
Esta vivienda surgió del deseo de un cliente privado por crear un hogar bioclimático para él y su familia. Para poder conseguir hacer de la vivienda un Edificio de Consumo Casi Nulo, llevamos a cabo actuaciones como el control de los huecos para maximizar la captación solar en invierno; la colocación de materiales térmicos en el suelo para almacenar, conservar y liberar el calor de forma paulatina; la instalación de aleros y lamas motorizadas para garantizar una mayor protección solar en verano; promovimos la ventilación natural y una envolvente térmica que garantizase un mayor aislamiento, además de eliminar los puentes térmicos. Por otro lado, apostamos por la hermeticidad de la envolvente para controlar las infiltraciones de aire; así como por sistemas de aerotermia. Las ventanas también desempeñen un papel muy importante, ya que optamos por sistemas de alta eficiencia energética con rotura de puente térmico con vidrios bajo emisivos y cámara de gas argón.
Torre Zaragoza es otra de las obras en las que han apostado por los estándares de consumo energético casi nulo. Un edificio que además tendrá la vitola de ser el más alto de la capital aragonesa. ¿Qué propuesta arquitectónica han planteado?
Se trata de un proyecto de 285 viviendas que actualmente se encuentra en fase de licitación de obra. Tiene 30 plantas de altura y se convertirá en el edificio inmobiliario más alto de Zaragoza, construido con criterios Passivhaus. Entre otras singularidades, se ha solucionado la petición de tener cinco sótanos y se ha hecho un análisis tanto de viento como térmico. Actualmente estamos en fase de investigación de un proyecto de IoT (Internet of Things) junto con CIRCE e ITAINNOVA. El edificio estará destinado a uso residencial, salvo la planta baja que, además de albergar las zonas comunes, se destinará a fines comerciales. Una de las singularidades del proyecto radica en la colocación de una piscina en la planta 18, que le permitirá a los usuarios disfrutar de unas espectaculares vistas a la ciudad de Zaragoza. Además, habrá otra piscina situada en la planta baja, que completará la zona de usos comunes que cuenta con zona de juegos infantiles, pista de pádel, gimnasio y aseos.
Es cierto que la construcción sostenible ya es una realidad para los estudios de arquitectura. Pero los clientes, ¿están igualmente concienciados?
Cada vez más, hay una clara conciencia de la importancia de integrar los estándares de sostenibilidad en los proyectos. Beneficia al cliente y al usuario final porque los edificios reducen su demanda energética y garantizan un mayor confort. Es importante concienciarnos de ello, y cada vez existen más normativas al respecto para garantizar su cumplimiento. En Ingennus la sostenibilidad es uno de nuestros pilares, y por ello estamos en continua formación. Algunos miembros de nuestro equipo son BREEAM Asociados, y otros acaban de obtener el certificado de Passivhaus Designer o Tradesperson, conscientes de la importancia de la eficiencia energética de nuestros proyectos.
Otro de los proyectos singulares en los que también están presentes las carpinterías de CORTIZO es el Edificio Plaza del Pilar de Zaragoza, donde han tenido que integrar una nueva construcción en un entorno con un elevadísimo valor patrimonial y cultural. ¿Cómo lo resolvieron?
Este es un proyecto muy interesante. Previamente a la ejecución de las obras, se realizó una exhaustiva campaña arqueológica, y los restos encontrados fueron clasificados y retirados por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. El proyecto se adecua al Plan Especial y al estudio de detalle en los que el volumen, la altura y las referencias vienen dados. Además, la propuesta sigue el carácter iconoclasta del entorno del casco histórico de la ciudad, aunque se ha actualizado para darle un toque más moderno. La fachada es una fachada racional en la que el hueco y el módulo crean una tipología diferente. Los materiales utilizados son de máxima calidad y la altura del conjunto se rige de acuerdo al Plan Especial.
Hablando de patrimonio cultural, recientemente les han encargado la rehabilitación integral de la Estación Internacional de Canfranc. Tendrán que intervenir sobre las preexistencias de un Bien de Interés Cultural. El reto es importante…
Este es un gran reto que se nos pone por delante y que afrontamos con mucho cariño. La Estación Internacional de Canfranc es un edificio histórico clave no solo para la historia de Aragón, sino también para la de España y Francia, y requería de un gran proyecto de reforma integral. Se trata de un Bien de Interés Cultural, por lo que la fachada, el volumen y el atrio no pueden modificarse. El interior, sin embargo, va a ser adaptado a nuevos usos y funciones.
Durante estos seis años, Ingennus también ha dado el salto internacional. ¿En qué proyectos están trabajando en el extranjero?
Ingennus nació con el propósito de comenzar a licitar en el extranjero, y hubo dos proyectos clave que nos lanzaron al panorama internacional: la remodelación de “La Barquita” en Santo Domingo y una consultoría de patrimonio en Ecuador. Desde entonces, hemos desarrollado otras obras como el proyecto de la Facultad de Agronomía y Medicina Veterinaria de Haití o los Parques de Emergencias de Guinea Ecuatorial. Actualmente estamos trabajando en las nuevas infraestructuras judiciales de Mali, la nueva maternidad de Etiopía y el Instituto Politécnico Superior Fernando de Lesseps en Panamá. También tenemos tres edificios comerciales y de oficinas en Mauritania en fase de construcción, cuya estructura ya casi está finalizada.
Ya para finalizar, hablemos de otro de los campos de actuación de su oficina: el urbanismo. ¿Qué radiografía haría del desarrollo de las ciudades españolas en los últimos años? ¿Hacia dónde cree que debe orientarse la planificación urbana?
En las últimas décadas hemos observado que se han extendido los modelos residenciales de baja densidad, que han necesitado grandes esfuerzos inversores en infraestructuras de transporte, y que disuelven la concentración de actividades en la ciudad, que es el verdadero motor de vida en los núcleos urbanos. Por ello, es hora de volver a densificar las ciudades, limitar la especialización de usos y devolver al ciudadano un rol determinante y la globalidad del funcionamiento de los edificios y las ciudades.