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SEDE CORPORATIVA DE IDOM // Javier Pérez de Uribarri de ACXT Arquitectos (IDOM)

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Participar en la nueva Sede Corporativa del Grupo Idom en Bilbao, fue para CORTIZO un ambicioso reto desde el inicio. Las exigencias que imprimía un proyecto de tal envergadura, firmado por uno de los principales referentes en ingeniería a nivel mundial, no constituían una tarea sencilla.

La estrecha colaboración, mano a mano, entre el Departamento de Arquitectura e Ingeniería y la División de I+D+i en Fachadas Ligeras de CORTIZO con Javier Pérez Uribarri, autor del proyecto y al frente de ACXT, la firma de arquitectura de la ingeniería bilbaína, fue primordial para asegurar la correcta materialización de la libertad creativa del arquitecto y, al mismo tiempo, lograr maximizar las estrictas premisas de sostenibilidad y eficiencia energética establecidas. Todo ello acompañado de la impecable ejecución llevada a cabo por VIFASA, empresa especializada desde hace más de 20 años en el cerramiento integral acristalado de fachadas y cubiertas a nivel nacional, que supo, además, ajustarse a unos plazos de obra restrictivos.

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Ubicado en el antiguo depósito franco del Canal de Deusto del Puerto de Bilbao, el proyecto responde a la innovadora y colorida recuperación de un viejo almacén portuario de aduanas que hoy alberga a cerca de 700 profesionales. Con una superficie de 14.400 m2, distribuidos en 5 alturas, dedicados a oficinas, espacios de investigación y desarrollo y espacios sociales, la nueva Sede Corporativa del Grupo Idom, se erige como el nuevo icono de la capital vizcaína.

Uno de los objetivos del arquitecto fue dotar a la envolvente arquitectónica del edificio de una gran singularidad por lo que recurrió a una solución de piel interior entre forjados resuelta con la Fachada Intercalaria, y una piel exterior de lamas de 600 mm., diseñadas “ad-hoc” por Pérez Uribarri, que “proporcionan una elevada protección solar, sin comprometer las vistas desde el interior, para ayudar a controlar la radiación solar y, por tanto, el gasto energético”, afirma el autor del proyecto.

“La Fachada Intercalaria, que funciona como cerramiento general exterior, ha tomado forma de módulos verticales de visión consecutivos, separados por módulos opacos para conseguir el paso oculto de los pilares interiores”, apunta Domingo Brión, Director del Dpto. de Arquitectura e Ingeniería de CORTIZO. “En relación a su colocación, el sistema ha sido montado como módulos entre forjados y sus perfiles adoptan la sección necesaria por cálculo para adaptarse a las exigentes condiciones del entorno de la obra. Exteriormente se consigue la horizontalidad de los módulos, debida a la ausencia de perfil en dirección vertical, aunque también, gracias a la flexibilidad del sistema. Se ha optado por disponer una tapeta plana, perimetralmente, para poder dar lugar a los encuentros de diferentes materiales en obra. Para dar acceso restringido de mantenimiento a la zona exterior de tramex, se ha recurrido al sistema Cor 60, manteniendo la estética exterior, a través de la colocación de vidrio pegado a dicho sistema”.

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Según Pérez Uribarri, “la piel exterior de lamas constituye la extensión de una imaginaria alfombra verde conformada por una fachada vegetal depositada en la cubierta del edificio, como algo que se ha estirado por las fachadas y se “pliega”. “Durante el proceso de proyecto desarrollamos varios y múltiples diseños decantándonos finalmente por una solución horizontal, la de óptimo equilibrio entre estética, coste y mantenimiento. Que contase con una trama muy tupida de lamas y con un vuelo de, al menos, 600mm para conseguir el sombreamiento requerido por los cálculos térmicos del edificio”, afirma el arquitecto de ACXT.

Como condicionantes del diseño se presentaron, por un lado, la necesidad de sujetar la lama, únicamente por su parte posterior, y por el otro, la resistencia a las solicitaciones combinadas de peso propio, carga de nieve y presión y succión de viento.

“Con el objetivo de optimizar el diseño inicial del arquitecto, desde Cortizo se presentó una alternativa más ajustada a las posibilidades reales de extrusión y montaje. Constaba de un perfil base suficientemente resistente y de dos cuerpos engarzados entre sí y, al mismo tiempo, con el perfil base, asegurados mediante una fijación mecánica de tornillos cada cierta distancia”, afirma la Dirección de la División de I+D+i en Fachadas Ligeras de CORTIZO.

Una vez adjudicada la obra al instalador, la empresa fachadista VIFASA, se realizó un recálculo fino de las cargas y solicitaciones, a través de un software de Elementos Finitos, que evidenció que la lama necesitaba algo más de consistencia para soportarlas por lo que finalmente se optó por derivar la parte resistente de la lama a un elemento de acero, que quedaría oculto una vez montado el cuerpo principal. También se reforzaron los cuerpos de la lama añadiendo dos nervios centrales más por cuerpo. Por último, se diseñó un sistema de engarce que permitía un rápido posicionamiento del cuerpo secundario y que la gravedad y la geometría del mismo llevarían a su sitio inmediatamente. Una fina lámina de neopreno se encargó de asegurar que no existiese contacto alguno en ningún punto entre el soporte ni en el cuerpo principal de la lama, que requería, eso sí, de un mecanizado específico para permitir la penetración del casquillo en “U”.

Por otro lado, la localización del edificio, en las inmediaciones del río Nervión, comprometía los sistemas de fachada enfrentándolos a la corrosión debida al ambiente marino, y a unas cargas de viento muy elevadas (grado de aspereza del entorno = I -borde de mar o lago-, según CTE), lo cual se resolvió con un lacado color RAL-6010 mate mediante pintura de superpoliéster Clase 2 de alta durabilidad, con un espesor siempre superior a las 80 micras.

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Los huecos de la zona de descanso ubicada en las plantas de cubierta se resolvieron con la serie Cor Vision. Este sistema de corredera con rotura de puente térmico cuenta con una sección vista de, únicamente, 20 mm en el nudo central lo que alienta la luminosidad de las estancias y permite a sus usuarios disfrutar, en mayor medida, del privilegiado entorno.

En las zonas de salida de emergencia, se recurrió a la Puerta Millennium Plus, por su estética enrasada, su robustez y sus elevadas prestaciones térmicas y acústicas.

El edificio cuenta con innovadoras medidas de eficiencia energética como paneles fotovoltaicos, grifos y equipos sanitarios de muy bajo consumo, almacenamiento del agua de lluvia en cubierta, sistema de regulación automática de alumbrado, y un singular sistema de difusión por desplazamiento y climatización por agua, que unidos a las lamas de protección solar y los sistemas de carpintería ecoeficientes de CORTIZO, le confieren un ahorro energético del 60% del consumo normal de un edificio de esta tipología.

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